
El Parlamento Europeo y la Presidencia del Consejo Europeo han alcanzado un acuerdo provisional para endurecer las normas de protección de las aguas superficiales y subterráneas en la Unión Europea.
La revisión incluye la incorporación de nuevos contaminantes como pesticidas, fármacos, bisfenoles y compuestos PFAS, además de límites más estrictos para sustancias ya reguladas. También se introduce un sistema de monitoreo basado en efectos, que permitirá evaluar el impacto combinado de diferentes químicos en los ecosistemas acuáticos.
Los Estados miembros tendrán hasta 2039 para cumplir con la mayoría de los requisitos, aunque algunas medidas entrarán en vigor antes, como los nuevos estándares para aguas superficiales previstos para 2033. La transposición nacional deberá completarse en diciembre de 2027.
Con este paso, la UE busca mejorar el estado de unas masas de agua que, según datos recientes, todavía presentan deficiencias: el 46 % de las superficiales y el 24 % de las subterráneas no alcanzan un buen nivel químico.

