¿Para qué se utiliza la alta presión en construcción?

Más específicamente, y según el caudal, presión, distancia y temperatura a la que se proyecte en un determinado tiempo –incluso añadiendo abrasivos-, el agua a presión permite realizar distintas acciones que se ampliarán en el punto 5.1:

  • Mejorar la calidad de superficies de materiales como el hormigón, la piedra o el acero.
  • Hidrodemolición, que permite retirar de forma selectiva el hormigón superando la resistencia interna a la tracción del hormigón. Dada su complejidad, se suelen usar en este ámbito equipos robotizados o sistemas automatizados y sus especificaciones técnicas quedan definidas en la norma UNE-EN 1504-3 sobre reparación estructural y no estructural del hormigón.
  • Hidrosaneado selectivo de hormigón en mal estado y descubrimiento de armaduras y elementos metálicos.
  • Eliminación de lechadas y relleno de juntas.
  • Marcado de viales y capas de pintura.
  • Acabados estéticos en hormigón y roca natural.
  • Eliminación de revestimientos y óxidos en estructuras metálicas para dar paso a nuevos con una superficie preparada para ello y limpia.
  • Preparación de superficies mediante la hidrolimpieza: nos permite recuperar una superficie o prepararla para un nuevo recubrimiento, retirando de forma selectiva y controlada el material.
  • Hidrocorte de materiales como el hormigón, que mediante la alta presión, corta diversos materiales sin generar polvo, chispas, vibraciones ni temperatura. Esto quedar recogido en la norma UNE-EN 1504-2 sobre protección superficial del hormigón.
  • Mantenimiento de equipamiento utilizado en construcción.

Por mencionar brevemente sus aplicaciones en construcción civil, la hidrodemolición aporta un amplio espectro de soluciones en distintas situaciones: En el caso de la aplicación de la alta presión en puentes, permite realizar trabajos como reemplazar juntas manteniendo intactas las barras de refuerzo o hacer refuerzos en la estructura preparando la superficie de hormigón para recibir una nueva estructura de acero.

En el caso de los túneles, permite retirar superficies verticales en todo su largo mediante varios métodos, entre ellos métodos robotizados que aportan una mayor seguridad por no ser necesaria la presencia física de los operarios en el interior del túnel. Otro ejemplo de aplicación de la alta presión en túneles podría ser la eliminación de un suelo de hormigón deteriorado en una losa.

También se utiliza en presas y puertos, especialmente con métodos robotizados, con el fin de rehabilitar aliviaderos a distancia o sustituir el hormigón deteriorado por tramos. También podemos encontrar usos en elementos constructivos como aeropuertos, centrales nucleares, diques secos, esclusas, canales, torres de refrigeración, silos, mangueras ligueras, etc.

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